En
la Constitución Española de 1978 el reconocimiento constitucional de la
Medicina Tradicional China MTC) en España puede buscarse dentro del Derecho
Fundamental a la salud que todos los ciudadanos tienen. En el Art. 43 de
nuestra constitución se establece lo siguiente:
1. Se reconoce el derecho a la protección de la
salud.
2. Corresponde los poderes públicos organizar y
tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y a través de las
prestaciones y servicios necesarios. La Ley establecerá los derechos y los
deberes que todos tenemos en este punto.
Así
pues, queda perfectamente reconocido y claro que todos los ciudadanos tenemos
derecho a que se nos proteja la salud utilizando para ello todos los medios que
se encuentran a nuestro alcance. Por ello, dentro del Derecho Fundamental de la
salud, cabría considerar entre dichos medios los que nos proporciona la MTC
como complemento de un conjunto de prácticas médicas propias del mundo
occidental.
Actualmente
no existe regulación específica para la formación, el ejercicio ni práctica de
la medicina china y acupuntura. El Ministerio de Educación y Ciencia español
considera los estudios de medicina china y acupuntura como no reglados (no
homologados) y como tales no tienen un reconocimiento oficial, aunque se
encuentren avalados por universidades extranjeras.
Únicamente
está regulado el ejercicio de la acupuntura en un centro sanitario. Actualmente
según el Real Decreto 1277/2003, de 10 de octubre, en los centros sanitarios el
médico es el responsable de realizar tratamientos de las enfermedades mediante
técnicas de estimulación periférica con agujas.
En
cambio en los centros parasanitarios no hay ley ninguna que regule la medicina
china ni la acupuntura, a pesar de la votación por el Parlamento Europeo, el 29
de mayo de 1997, de una resolución (Lannoye y Collins) que pide a los países de
la Unión Europea comprometerse en un proceso de reconocimiento de las medicinas
no convencionales. . Los profesionales de la medicina china deben obtener la
Licencia Fiscal para poder ejercer legalmente.
Ni
la medicina china ni la acupuntura entran dentro del catálogo de prestaciones
de la sanidad pública, exceptuando algún caso de la Comunidad de Andalucía y
Cataluña. La comunidad andaluza es pionera en la aplicación de la acupuntura
como método terapéutico en atención primaria. En 1998 se consolida en la
Clínica del Dolor en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla con el
convencimiento de que la acupuntura revolucionaría "positivamente" la
atención primaria al considerar que era en el primer nivel de la asistencia
sanitaria donde resultaba más eficaz. Actualmente en los hospitales Virgen
Macarena, Valme y Militar de Sevilla se aplica acupuntura y sólo en esta
provincia son varios cientos de miles los andaluces que tienen esta opción
terapéutica.
En
cuanto a Cataluña en el 2009 su Sanidad Pública empezó a costear tratamientos de acupuntura, homeopatía y
flores de Bach. Ese año fue creada la Unidad de Acupuntura del Hospital
de Sant Pau y de Santa Tecla de Tarragona, en el ámbito de la Sanidad Pública
catalana. Esta Unidad realizó un estudio práctico sobre ocho pacientes con
dolor lumbociático resistentes al tratamiento médico-quirúrgico habitual. El
resultado fue satisfactorio y demostró que la acupuntura, desbloqueando la
energía estancada en los meridianos que circulan por el área lumbar y
facilitando el flujo del Qi o energía, es efectiva y con una eficacia a largo
plazo y sin recidivas. El Dr. Miquel Sanchis, miembro del patronato de la
Fundación Europea de MTC, ha presentado recientemente una ponencia sobre dichos
resultados en el 50º Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT).
Es la primera vez que la SECOT acepta una ponencia sobre acupuntura y
traumatología, lo que parece indicar que esta milenaria terapia oriental se
está integrando poco a poco en el sistema de salud
Os
dejo con la presentación que, sobre esos casos, realizó el doctor Miquel
Sanchis en el V Congreso Médico Internacional de Acupuntura de Barcelona,
noviembre 2011: “Acupuntura aplicada a 16 pacientes de la Sanidad Pública
catalana con lumbociática tras el fracaso de la RHB, la cínica del dolor y la
cirugía.”
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